Conociendo la cuidad...

Al fin había llegado a Namimori, Japón. Una ciudad no muy grande de un país de oriente tampoco demasiado extenso. Había seguido las pistas que Skull-sama había dejado tras su partida de Italia, y como siempre, estas conducían a este lugar donde particularmente vivía la próxima generación de la familia Vongola, uno de mis enemigos más poderosos, aunque claro, no se comparaban con la poderosa familia Calcassa.

Había sospechado desde hace algún tiempo que mi tutor se había aliado con ellos y, pese a que mi corazón me hacía querer confiar ciegamente en él, mis tan refinados instintos me decían que debía asegurarme de que realmente no fuera así. Odiaría tener que enfrentarme a mi tan grandioso maestro, pero si éste ahora se encontraba en el bando equivocado, era mi deber como su alumno, encaminarlo correctamente.

Aquello me había conducido hasta este lugar tan alejado de il mio paese e la mia famiglia. El problema principal es que era la primer vez que me alejaba tanto de mi hogar y, pese a que recientemente me había iniciado en el estravagante idioma japonés, aún no había podido dominarlo por completo por lo que me era imposible leer el nombre de las calles. Nisiquiera podía distinguir si éstas estaban escritas en hiragana, katakana o kanji. Eso me pasa por venir a lugares poco turísticos que no traducen lo más esencial al idioma universal, el inglés.

-¿Cómo haré para encontrar a Skull-sama?- me pregunté. No tenía más opción que preguntar a alguien.

Más adelante pude notar a una jovencita quien se encontraba mirando vidrieras. En vista de que era la persona más cercana a mi persona me acerqué a ella.

-Perdone, Piccolo donna. Io estoy buscando a un bambino con un chupete morado y un casco di polpo ¿Lo ha visto?-le pregunté alternando mi idioma con el suyo debido a mi falta de completo conocimiento del japonés.

Me sorprendí un poco al ver que la misma me respondía, primero en inglés, y luego, utilizando en la mayoría de las palabras, mi idioma natal, el italiano. Era gratificante que nuestro gran lenguaje había llegado hasta un lugar tan recóndito como este. Al escuchar mi idioma salir de la boca de esta adorable joven que no llegaba a la mayoría de edad, me sentí prácticamente como en mi casa. Ahora si podía decirle a mis subordinados que sus preocupaciones eran poco fundamentadas y que podía venir completamente solo a éste lugar sin el peligro de perderme por días, tal como me habían advertido al principio. Sólamente llevaba horas perdido y ya había encontrado ayuda...

-Molto Grazie, Piccolo donna. Io sarò lieto che una bella donna è la mia compagno*- Le agradecí como correspondía por el servicio que me estaba prestando al ofrecerme ser mi guía hasta encontrar a Skull-sama. A modo de compensación por aquello, me hice una leve reverencia ante ella, entregándole una rosa.- Il fiore più bello per una bella ragazza*

Tras entregársela me incorpore y le sonreí, mostrándole el perfecto blanco de mis diente. Apuesto a que un resplandor salió de éstos gracias a la luz de los rayos solares reflejados.

-Dónde iniciaremos nuestra búsqueda?- le cuestioné puesto que no tenía la más mínima idea de donde podia estar mi tutor. Entonces, una duda más importante surgió en mi cabeza...-¿Lo dije bien?

Esto de no saber hablar el idioma de aquí me molestaba, pero debía practicar con alguien y no podía desperdiciar la oportunidad de conocer a una persona que tenía conocimiento de ambos idiomas.

Spoiler:

-gracias.- tome la rosa y sentí el olor de ésta. Me sonrojé un poco al escuchar lo que decía, no estaba acostumbrada a que me digan cosas hací. Usualmente me dicen que me valla a otro lado, diciendo que aun soy una niña pequeña.
Parecía una buena persona, a decir verdad, el típico principe azul que rescata a un princesa en lo cuentos de adas. Me reí un poco al pensar en ello. Tal vez, el "principe azul" esté buscando a su princesa...o algo así.
-comenzemos por aquí mismo. Después podemos ir por las areas recidenciales y distintos lugares con mayor concentración de gente.- no me gustaba utilizar mucho esas palabras. Parecía una "adulta", algo que no me gustaba mucho. Estaba acostumbrada a hablar con demás uniformados, no con personas algo "normales"
-¿cuál es el nombre de la persona que esta buscando?.- buscarlo en el registro de habitantes que tiene la policía era más fácil que recorrer toda la cuidad.

Por alguna razón, sentí que había pedido ayuda a la persona correcta. Sus palabras sonaron casi como si estuviera hablando con una profesional, con alguien que estaba acostumbrada a atender esta clase de situaciones, con un... ¿policia?. No, era imposible que esta dulce jovencita fuera uno de esos horribles hombres de trajes azulados que tantos problema me traían. Esa clase de gente no deja a uno ser un mafioso tranquilo.

Miré hacia todos lados, si íbamos a empezar a buscar por esta zona, tenía que estar atento y tener una visión de águila para encontrar a mi mano derecha ya que entre tanta multitud podía pasar tranquilamente desapercibido con su estatura.... aunque considerándolo bien, es imposible que mi gran maestro pase desapercibido por algún lugar.

Al escuchar la pregunta de la joven, me volví nuevamente hacia ella. Si mi japonés no me fallaba, me estaba preguntando cual era el nombre del arcobaleno ¿o me estaba preguntando el mio? No, no... definitivamente era el de Skull.

-Egli è chiamato Skull*-Le respondí y entonces noté que no conocía el nombre de quien tan amablemente me estaba ayudando-Y yo soy Marco Calcassa ¿Con quién tengo el gusto de estar compartiendo esta hermosa tarde?

Spoiler:

La joven se presentó ante mi educadamente con una reverencia. Su nombre me sorprendió un poco debido a que tanto éste como su apellido pertenecían a otra nacionalidad. No estaba seguro del orígen del apellido "Wythman" quizás era inglés o alemán, pero lo que estaba seguro de que no era precisamente japonés. Creo que hubiera esperado un nombre como "Natsumi Yamamoto", el cual escuché que son un nombre y apellido bastante común por aquí.

-Chandra, Diosa Luna... hermoso nombre escogieron tus padres.- le comenté con una sonrisa en mi rostro. Si no mal recordaba aquella palabra era de origen hindú. Es bueno conocer algunas palabras de varios idiomas. Detesto estudiar, pero mi padre siempre insistió en mi conocimiento de los idiomas. Aunque sólo he apredido tres a la perfección y uno de ellos es mi idioma natal.

Asentí cuando insistió en comenzar con nuestra búsqueda y comencé a seguirla. Noté, entonces, que pareció cambiar levemente su actitud. En realidad comencé a sentirlo apenas me presenté, aunque al principio decidí ignorarlo. Me pregunto si Chandra es... tal vez sea hermana de alguna de las mujeres con las que he salido... o quizás su hija.

-¿Ocurre algo malo?-le cuestioné intentando averiguar algo al respecto.

Me quedé un poco pensativo ante su pregunta. No podía simplemente decirle que había notado que comenzaba a actuar de forma extraña puesto que, si realmente mis sospechas eran correctas, puede que la misma esté intentando vengarse de mi por algo. Algunas mujeres suelen reaccionar de forma alarmante cuando uno termina una relación con ellas.

-No, por nada en especial, bella ragazza-respondí ante ello intentando no levantar sospechas.

Continuamos caminando durante algún rato más, intentando aparentar la suficiente distracción, mirando a todos lados buscando a mi tutor para poder salir, ya, de este país tan desconocido para mi. No entendía que veía Skull-sama en este sitio para visitarlo tan seguido. Oí su nuevo interrogante y, para mi desgracia, respondí de forma automática.

-Al bajomundo di la città. Quizás ande con un gruppo yakuza...-entonces me di cuenta de aquello que había dicho y que, pese que para mi era algo normal, para los civiles no lo era-ah... jajaja olvídalo. Sólo es un juego de rol de mafiosos y polizia que egli ha inventato... jaja si, es eso. Quizás esté con... un... amigo? Si, con un amigo!

Me detuve en cuanto ella comentó que deseaba descansar. Claro, para mi, acostumbrado a los arduos entrenamientos físicos, aquella caminata que habíamos hecho no había significado nada. Para la gente normal, era, tal vez, demasiada actividad física.

-Por supuesto! Noi abiammo percorso un lungo cammino ¿no es así?... perdone por no haberme dado cuenta de su cansancio con anterioridad ¿Dónde están mis modales? Per favore, acepte que la invite a tomar algo a aquél lugar a cambio de haberla hecho recorrer tan extenso lugar por mi causa.- dije señalando una bonita cafetería del centro del a ciudad que se encontraba a pocos pasos de donde nosotros estábamos.

Spoiler: