Puedes apostar por ello.
-¡Sah, Jyuundaime! Me retiro -sonrió de manera extremadamente amplia, de esas sonrisas sin motivo que solamente se las dedicaba a él. Junto las manos a cada lado de su cuerpo y le hizo una reverencia antes de retirarse.- ¡Vendré mañana por la mañana a recogerlo! ¡Usted puede! ¡Ánimo! -las palabras de aliento salian solas, aunque bien podía tratarse de que tenía siempre y todos los días que aguantar a esos niños en su casa, cosa que el mismo Gokudera no podría por mucho que se esforzase.
Encendió un cigarro camino a su casa, y como siempre, su expresión ya no era como la aterior, muy al contrario parecía asesinar a todo el que se cruzace con la mirada. Recordó que debía comprar algo para esta noche, por lo que mientras camino por tal lugar, pudo escuchar chillidos feminos que eran imposibles de no reconocer, que no le importaran era otra cosa.
Una gota de sudor paso por su piel, sabía perfectamente lo "amables" que eran, y prefiriendo guardar la distancia, como siempre, de los demás guardianes/integrantes de la familia, buscó alejarse despacio y agachandose sólo un poco, sin embargo mucho no lograría, la vitrina era de vidrio. La voz de Haru fue la que le detuvo en seco y una vez levantandose, la chica ya estaba parada frente a si, invitandolo.- ¡O-oi! ¡No me gustan los pasteles! ¡Suéltame, estúpida mujer! -lo que no se volvio pelea típica con Haru se volvio una linda escena de Kyoko, Haru y un Gokudera en mueca de desagrado, comiendo en la misma mesa.- ..eso no me puede estar pasando -murmuro no podiendo moverse de su asiento, ambas chicas le bloqueaban las salidas, y peor, estaban de lo más felices comindo y ofreciendole.
-¿Qué parte de "no me gustan los pasteles" no entien-ng..? -parpadeó frunciendo las cejas al momento en el que Haru le metía un pedazo del dulce en la boca y practicamente le obligaba a comer, recalcandole el "A Tsuna-san no le gustaría verte con esa cara Gokudera-san, no desperdicies pastel" con un puchero muy suyo, y ya todos sabemos que eso es un golpe bajo para Gokudera, el cual se quedo con el tenedor de Haru en la boca, mordiendolo y gruñiendo por lo bajo.- ..m-me las vas a pagar -entonces cuando iba a acceder completamente a ello, bajo la mirada hacia el pastel, como si fuera un arma de destrucción masiva, enterrandole el tenedor suavemente y comenzando a comerlo como mandaban las chicas, quienes aplaudieron felices al albino.- ¡Oe! ¡No esten pasandose de listas conmigo! -y claro, Gokudera lo a tomado como burla, pero a ellas no les afecta ni sienten miedo por el chico.
Cuando Haru y Kyoko le estaban ofreciendo más pastel al albino, el cual se sentía muy aturdido de tanto dulce en su cabeza (cosa que no acostumbraba a consumir, ya que no esta dentro de sus preferencias alimenticias) un grupo de hombres de negro entro a la tienda y amenazó al grupo con armas reales; Gokudera se exaltó al instante, y examinó la situación, esos tipos no eran ladrones, ni lo parecían, ni vestian como unos, además, sus armas eran completamente marca y diseño italiano.
La primera en ser levantada del asiento fue Kyoko, quien sin apenas soltar un gritito del dolor, termino viendo a Gokudera tan cerca suyo como jamás pensó estaría; Ahí, el albino, apuntó tan cerca el flame arrow que en un tris salió de su caja, amenazandolo.- Teme.. ¿quién te has creido? -A la chica la tomó de la muñeca y sin ninguna sutileza la dejo tras de si.. salvando la situación sin necesitar mucha ayuda, eran de bajo nivel y Gokudera hace rato que queria descargar la frustración de tener que estar con dos mujeres (que de por si no las aguanta) comiendo algo que destaba y no entraba en su piramide alimenticia.
-No subestimen a los Vongola.
Tan tan.