Apenas puso un pie dentro de la oficina esa mañana quiso salir corriendo, aquella montaña de papeles se le hacía interminable, dejo escapar un suspiro, mientras arrastrando los pies tomaba asiento en aquella silla que era su prisión... Y habían pasado ya más de 5 horas y el seguía encerrado firmando y leyendo papeles, dejo la pluma a un lado y se recostó en el respaldo de la silla, masajeando sus ojos con pereza... Mira por la ventana, no tardaría en llover, el clima se encontraba tan triste como su propio humor -¿Por qué no puedo salir?- se quejo, golpeando la mesa con su frente.
En ese tiempo gente empezó a entrar, Yamamoto traía consigo papeles de su misión, le hizo platica unos minutos antes de salir de allí, Ryohei entro de forma "extrema" sobresaltándose un poco y tirando una pila de papeles que tardo en recoger, y más en descifrar que decía el reporte de su Guardián, y el ultimo en entrar fue Hibari, que casi lo muerde hasta la muerte por haberle derramado el té en sus ropa, el nerviosismo que le producía aquel hombre era menos, pero su coordinación no era mucha.
Siguió con su trabajo, pero algo llamo su atención, frunció el seño inconscientemente, algo andaba mal... muy mal... trago con dificultad, tomando aquel papel viejo con extremo cuidado, sus manos empezaron a temblar y no sabía ni el por qué, pero un mal presentimiento lo inundo, miro la hoja gastada y llena de humedad, apenas la iba a empezar a leer cuando la puerta se abrió de golpe, se sobresalto, y agradeció que aquella pila de papeles le cubriera. Guardo la hoja en uno de sus cajones y se levanto.
-¿Gokudera-Kun? ¿Qué pasa?- pregunto tratando de mantener la calma, pero ver aquella expresión y el presentimiento extendiéndose por su pecho le hacían difícil, espero paciente a que la respiración del peliblanco se tranquilizara y al hacerlo le explico la situación... Sus ojos se abrieron de golpe, sus manos se hicieron puños, una fina capa de sudor recorrió su cuerpo y empezó a temblar, miro la mesa de madera con nerviosismo -"¿qué hago? ¿Qué hago? donde esta Reborn..."- Pensó entrando en algo de pánico, suspiro, levantando la vista encontrándose con la de Gokudera que parecía esperar ordenes... Se irguió en su lugar -"No puedo depender siempre de Reborn"- pensó rodeando su escritorio -"Pero... ¿qué puedo hacer?"- pensó nervioso, dudoso... -Gokudera-kun- llamo con voz seria, pero llena de nerviosismo -Reúne a todos tenderemos una junta- sentencio, el Guardián de la tormenta asintió, Tsuna quedo en silencio, mirando por donde había desaparecido Gokudera. -Espero que salga bien- susurro para si mismo.
-¿Fin? o_o-