Quizás esta hubiera sido una misión como todas otras pero algo peculiar pasaba, no tenia mucha relación con la misión o con los papeles que debían llevar devuelta a Tsuna, si no con el clima, llovía como nunca sucedía en Japón y de alguna razón me sentía mas extraño, como si todo eso me complementara y me hiciera mas fuerte. Siempre había pensado que eso de ser el guardián de la lluvia era solo de renombre… gran equivocación, ahora lo entendía todo, la lluvia neutralizaba todo por que Gokudera en sus intentos de lucha siempre terminaba desfavorecido en cambio yo en un simple entrenamiento de rutina me veía muy favorecido, sentía un impulso increíble por estar todo el día viendo o perfeccionando mis técnicas dejando incluso de lado el basseboll. Durante todo el tiempo que pasábamos allá la sonrisa se mantuvo inerte en mis rostro, incluso en las peleas por lo que se molestaba aun mas a Gokudera que no paraba de replicarme que pusiera mas atención en lo que hacia y que volviera a tierra siendo lo que yo quería era estar en el agua.
Pero como todo finalmente debía acabar, la misión había concluido exitosamente, y aun mas para mi que había aprendido nuevas cosas y como complementar mi estilo aunque mi compañera bufaba que había sido una misión que para Lambo que era mas torpe y no para el que era el mas fuerte y el mano derecha. Mientras explicábamos todo lo sucedido en la misión Tsuna parecía inquieto como no se le veía desde hace mucho tiempo, algo parecía estar provocándoles problemas y aunque aun permanecía sonriendo intuía algo que también me molestaba.
¿Ir a Millefiore solo? Debía estar loco si pensaba que lo aria, yo lo acompañaría, no podía permitir no estar allí para protegerlo como un guardián, seria imperdónale. Gokudera fue el primero en hablar y a cada una de sus palabras yo asentía con la cabeza, la situación se comenzaba a poner tensa y sentí que era el momento de actuar antes de que Gokudera se raptara al boss para que no fuera.
- iosh! Que no se hable mas, iremos contigo Tsuna – dijo sonriendo aunque sus palabras sonaban seguras. Paso una de sus manos al hombre de su jefe para mostrarle su apoyo y dándole a saber que lo protegería ante todo, como era su personalidad.
- Tienen que proteger la base- replicaba Tsuna tajantemente.
- Boss, no ira sin nostros – decía Gokudera firmemente.
- Tsuna, no puedes – dijo poniéndose serio, al fin cambiado su semblante a uno menos amigable. No aceptarlo un no como respuesta.
AL fin las cosas se ponían bien, Tsuna accedió a que fuéramos junto a él tras una larga discusión con ambos. De camino a casa observaba el ambiente que me rodeaba, todo estaba tranquilo y al cerrar los ojos me imaginaba de nuevo en la misión y reía solo al recordarlo todo, asta que en un momento el tiempo se me detuvo y la imagen de Gokudera ocupo toda mi mente, algo debía decirle o algo por el estilo pero no lograba recordarlo ¿Qué rayos era? En un momento paro en seco… ya lo sabia.
- El cumpleaños de Gokudera – dijo casi gritando en medio de la calle con las manos en su cabeza, su rostro era de completo asombro por haberlo olvidado, había pasado casi una semana con él y como no lo había mencionado Take lo había olvidado.
Corrí hacia casa para pedirle algo de ayuda a mi padre, abrí la puerta fuertemente remarcando mi regreso y dejando la espada junto al marco de la puerta. Lo busque en cada habitación sin lograr encontrar una pista de él asta que fue a dojo, siempre estaba allí. Relaje mi respiración antes de entras, siempre me reclamaba que estaba muy acelerado y al abrir la puerta un frío me recorrió todo el cuerpo, mi padre estaba tirado allí, sin moverse y sin respirar. El alma se me fue del cuerpo y cada paso hacia el me parecía una eternidad.
- o…otos-san – dijo estirando una mano hacia el cuerpo muerto de su padre si creer aun lo que estaba viendo, una pesadilla vuelta realidad. Las lagrimas recorrieron su rostro sin que él apenas lo notara, se agacho asta su padre meciéndolo para que despertara- vamos, esta bromas no son divertidas… vamos ya para – dijo intentando serenarse aunque no lo logro, le era imposible las lagrimas cayeron mas rápido y el rostro solo reflejaba dolor e ira –por favor… despierta – dijo llorando sobre el cuerpo de su padre, aforrándose a su ropa como si no existiera otro logra de donde aforrarse a este mundo, no podía hablar solo llorar con la respiración cortada, sus ojos cerrados llevaban recuerdos de su padre y tolo lo que le había enseñado.
Esto no podía ser verdad, el no podía estar muerto, tanto era mi llanto que los ojos no podía abrir y de la boca solo salían gemidos de dolor. Cuando ya no salieron mas lagrimas la sangre me hirvió más que nunca, el odio me domino por completo y aquel hombre sereno que alguna vez fue quedo atrás, la tranquilidad solo volvería cuando mi venganza acabara. Con las últimas fuerzas que tenía acomode el cuerpo de mi padre junto a sus armas y saliendo del dojo yo tome la mía.
- te vendare padre, no lo dudes nunca – dijo mirando a su padre por ultima vez antes de salir. Su paso seguro lo guiaría asta el culpable que de por si ya pensaba en quien podría ser… Millefiore.
Creo que me quedo algo larga :/... gomen ><
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