Una notte da sola~ [priv. Tsunayoshi-kun~]

Cuando el menor cayo al suelo por la impresión súbita de tenerlo tan cerca, no apartó su eterna sonrisa confiada y burlona, soltó una de sus tantas características risas, y sin más, se inclino un tanto para tenderle la mano y ofrecerle ayuda levantándole con delicadeza. No le soltó la mano hasta que el otro hubo recuperado el equilibrio perdido- oh~ creí que estaba muy claro -se relamió, y dejando el tridente a un lado, extrendió ambos brazos en señal de que sus intenciones no eran precisamente comenzar una pelea- lo ves~ no tienes porque preocuparte Tsunayoshi-kun, prometo ser un buen anfitrión esta noche~ -de pronto la niebla comenzó a desaparecer, quedando nuevamente el oscuro y monotono lugar como de costumbre- kufufu~ disculpa si te asuste, pero me temo que tú eres el culpable~ -le miró fijamente y arqueando una ceja inquirió- ¿Qué pretendes con provocarme de esta manera?~

No espero una respuesta congruente, ya que solo él podía enteder lo que el tener al capo tan cerca y en aquellas circunstancias representaba, si, una ansiedad inexplicable le invadía sobremanera al encontrarse cerca de aquel chico quien fuese en un futuro su camino hacia su más grande meta, pero que por ahora... el camino hacia su perdición sexual.

- ¿Bromear? kufufufu~... discúlpame, pero esa palabra no está en mi vocabulario Tsunayoshi-kun~ -Le vio bajar la mirada por lo que con la propia le busco los ojos para que le viera de frente, definitivamente no estaba mofándose de él, ni buscaba jugarle ningún tipo de truco, por el contrario, estando completamente convencido de cuáles eran sus intenciones, se inclinó ladeando la cabeza para llegar hasta su oído y en un susurro emitirle sus pensamientos- ¿Crees que es sólo un juego, mn?, hablo muy en serio, me gustas - se acercó aún más para inspirar el aroma de su cabello, el cual indudablemente le extasiaba por completo... sin pudor y sin titubeos trato de hacer que el otro notara aquel trato.

No era un secreto que el guardián de la niebla tenía sumo interés sobre el capo, sin embargo, lo que si guardaba con recato era el hecho de que no solo pretendía utilizarle para sus planes, no, tal vez era verdad que en un comienzo aquel chico representó ser sólo una herramienta, el puente perfecto para lograr su meta, pero...¡Oh gran pero!, aquel chico fue convirtiéndose poco a poco en una obsesión para el ilusionista, que irremediablemente comenzó a llegar a extremos en los cuales Mukuro dejo de tener el control, y unas ganas desenfrenadas de hacerlo suyo le consumieron.

Alejó un tanto el rostro para verle a los ojos, no pretendiendo amedrentarle, más bien emitirle que en sus palabras y acciones no había ni una pizca de mentira- ¿Puedes entenderlo Tsunayoshi-kun?, no pretendo ser correspondido, no te preocupes.... -se inclinó acercándose más y depositar un beso corto sobre su cuello- solo necesitaba que lo supieras, y no... no es una amenaza, te haré mío porque así lo he decidido.-

Paciencia, era algo que sobraba en el ilusionista, por lo que con movimientos lentos y sutiles, tomó las manos del menor que se hallaban sobre su pecho tratando de alejarlo- kufufu~ ... me temo que es demasiado tarde para tratar de escapar Tsunayoshi~ - con fuerza tomo sus muñecas y de inmediato las junto con una sola mano para posarlas justo por arriba de su cabeza, dejandolo en una posición sumamente vulnerable- me sorprende lo ingenuo que puedes llegar a ser, ó, es que acaso no quieres aceptarlo? -acercó su rostro hacia el ajeno para quedar a muy poca distancia, la respiración de ambos podía percibirse más cerca que nunca, y el ver al capo reaccionar de aquella manera alimentaba más sus ganas de poseerle. Tan indefenso, sensible.... definitivamente era la victima perfecta - ¿No crees que es un poco obvia la respuesta?. Ambas preguntas son un tanto..... tontas. Me decepcionas Tsunayoshi-kun, creí que eras un poco más intuitivo~.

No perdío más tiempo para encajar sus labios sobre su cuello, lamiendo de vez en cuando la piel ajena hasta ascender y llegar a la comisura de sus labios, la cual saboreara delicadamente mientras le sentía temblar un tanto- eres tan frágil kufufu~ -aparto sus labios para poder verle de frente con una mirada lasciva, mientras su pierna se coló por enmedio de las ajenas y ejerció presión sobre la intimidad del menor- creo que las palabras no hacen falta.. ¿O sí? -se relamió moviendo su pierna en cortos movimientos circulares para estimular el sexo ajeno- ¿Ahora entiendes a lo que me refiero?

¿Qué pasa Tsunayoshi, tienes miedo? -añadió, todos aquellos intentos de alejarse eran inútiles, el ilusionista le sobrepasaba en fuerza por lo que el castaño se vio inevitablemente sometido ante él, sin embargo, tras reír por lo bajo, habiendo disfrutado un poco del miedo causado, le soltó pausada y lentamente sin desaparecer esa sonrisa de diversión- Lo siento, fue grosero de mi parte -se apartó dándole espacio para respirar y recobrar el aliento, no sin antes depositar un suave y corto beso sobre sus labios, pretendiendo de esa manera exaltarle más-deberías tranquilizarte, no haré nada que no quieras -soltó una ligera risa burlona, sin embargo le miró, mostrando "arrepentimiento". De inmediato se dio la vuelta para dirigirse hacia el sofá donde minutos antes se hallaba- puedes irte si eso es lo que quieres, eres libre de hacerlo Tsunayoshi.

Sabía que no podía forzarlo a hacer nada que no quisiese, pero aquel arranque .... ¿Para que mentir? le fue satisfactorio poder llenarse tan siquiera un poco de la esencia del menor, el cual llego un momento en el que pareció no estar muy en desacuerdo con aquello, sin embargo, no pretendió ahondar más en el asunto, ya habría tiempo después para poder conseguirle... siempre habría más tiempo.

Era la decisión del aquel pequeño mafioso irse, o quedarse para entablar... si eso quería, alguna 'conversación amena'.....